Numerosas campañas, como la de Orillas sin colillas, ya se están haciendo eco para dejar de fumar en las playas españolas. Cada vez se está generando más conciencia en los usuarios que visitan las playas, recordándoles que no solo perjudican su salud, sino que también contaminan el medio ambiente marino.

Dejar de fumar en las playas

Las colillas de los cigarros dejan residuos muy contaminantes esparcidos. Están hechas a partir de un material derivado del petróleo, el monoacetato, que no puede degradarse hasta transcurridos 15 años. Además, ¿sabías que cada colilla enterrada puede contaminar alrededor de veinticinco litros de agua? Sin duda, estos residuos pueden afectar a la flora marina y, por supuesto, a la fauna.

El debate se ha abierto en numerosas comunidades. Los no fumadores se muestran a favor de prohibir fumar en las playas porque saben que los restos contaminan y que además el humo del cigarro perjudica gravemente a la salud. Sin embargo, los fumadores sí que persiguen la idea de que al aire libre no se tiene por qué respirar humo. En Cataluña apareció la primera playa sin humos en el año 2006, en L’Escala.

En el mes de junio de este mismo año, el Principado de Asturias ya anunció que se sumaría a la iniciativa de Playas sin humo. Se persigue concienciar a la población y proteger la salud. Aun así, pocas de sus playas siguen esta prohibición.

Galicia es una de las comunidades con mayor número de playas con prohibición de fumar. En Canarias también se están tomando muy en serio este asunto; como detalle, se hace constar que todas las playas sin humo se encuentran en la isla de Gran Canaria.

La iniciativa para dejar de fumar en las playas se está extendiendo cada vez más. En un futuro se puede plantear aplicarla a todas las playas o restringir espacios para fumadores.

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